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¿Es o no real el país de las maravillas?

  • Hugo Cobián Gallardo
  • 28 jun 2015
  • 6 Min. de lectura

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Alicia en el país de las maravillas escrito por Lewis Carroll en el año de es un libro que simplemente ha marcado época en todos y cada uno de los aspectos de las ciencias, el arte y la sociedad. Hablamos de un libro escrito por un matemático para una jovencita, un relato narrado por alguien que se dedicaba a escribir libros de matemáticas y juegos de números. Cuenta la historia de Alicia, una chica que descubre el País de las Maravillas, en el cual vivirá intensos momentos y conocerá a curiosos personajes, como un gato que aparece y desaparece a placer sin dejar rastro alguno…

¿Por qué un matemático fue capaz de crear una de las obras más elementales de la literatura en los últimos cien años? Simple y sencillamente es por la capacidad que tuvo Carroll a la hora plantear un mundo diferente con distintas leyes y que por momento da la impresión de ser otra realidad, todo esto y viéndolo de una manera completamente literaria de una forma fácil y con una agilidad agobiante: Alicia es un cuento sencillo en su escritura, frases cortas, oraciones poco complicadas, juegos de palabras imaginativos y divertidos, como si todo fuera hecho una canción o pequeños versos bien temporizados; claro estamos hablando de un matemático excepcional que crea y derrumba las palabras como si de una bella melodía se tratara.

Por supuesto y más allá de destreza con la que maneja el texto, existe algo más importante y sobretodo más profundo en el mismo. Hablamos de la construcción de un mundo “diferente” y si, la palabra diferente esta entre comillas con un propósito. ¿Qué es lo diferente? ¿Qué es lo real o lo irreal? ¿Existe la realidad? Y sí existe, ¿cómo sabemos qué es verdadera?

Para empezar a contestar estas preguntas, desde el punto de vista de un estudiante y no de un estudioso de la física teórica, tendría que aventurarme a decir que el concepto de la realidad es un concepto inservible pero a la vez de lo más necesario.

Voy por partes: levantarte en la mañana, bañarte, tomar el desayuno y tomar el camino para ir a la escuela etc.... Esta serie de actos son de lo más común para la mayoría de los seres humanos, y es un proceso que realizamos día tras día hasta el fin de los mismos. O no, solo hacemos eso hasta que terminamos nuestra formación académica y comenzamos una nueva serie de actos que irremediablemente llevara al cambio y al comienzo de un nuevo proceso. Esta serie de hechos en la vida de un ser humanos son a lo que nosotros llamamos cotidiano, y un concepto mas adecuado seria que lo llamamos vida, que a la vez vivir la vida se convierte en lo cotidiano para todo ser vivo. Aja.

Bueno, el día ya terminó y es hora de regresar a casa, del trabajo o de ver a la amante según sea el caso. Tomamos el metro, salimos de la estación y tomamos el pesero que nos dejara a tres cuadras de nuestra casa. Podemos ir durmiendo, quejándonos de la señora gorda y del odioso de su hijo que nos va sacando la lengua o diversas situaciones que se presentan en el bello transporte publico de México nuestro lindo país. En uno de los múltiples altos y mientras estamos asomados por la ventana vemos un niño corriendo a gran velocidad, en su camino vislumbramos una piedra. Alto. El tiempo se ralentiza y vemos al niño caer poco a poco, todo nuestro alrededor va lento más no nuestro pensamiento. Seguimos con atención al niño, al verlo todo en cámara lenta nuestro cerebro comienza a recrear la siguiente sucesión de eventos que el cuerpo seguirá en los próximos segundos. Su pie rozará la piedra, lo que romperá el ritmo que mantenían sus piernas y lo desbalanceara, después comenzará una caída dura y vertiginosa para terminar con una pierna enyesada y la burla en la escuela por usar muletas. Seguimos. El tiempo regresa a su flujo, el pesera avanza y todo sigue normal.

¿Pero de verdad todo transcurrió de una manera normal? Claro que si, sobretodo por la respectiva burla de los compañeros y su nuevo apodo “el cojo”.

El chico tropezó y debido a al velocidad que llevaba cayó; justo como debería de ser. De esos ejemplos hay muchos y los vemos a diario, forman parte de nuestra vida. Lanzamos una pelota al aire y esperamos que caiga, chocamos y sentimos el golpe así como la otra persona, empujamos alguien pero esa persona fue más lista y en su caída nos jala, así que terminamos en el suelo junto con él…

Estas son cosas que sabemos al pasar de los años, los primeros humanos en el planeta por supuesto que no lo sabían, así es que con la prueba y error fueron aprendiendo, después con la observación para seguir con la experimentación. Si sueltas un vaso de vidrio se caerá y romperá, lo sabemos y lo damos por hecho, no nos parece raro, es algo cotidiano y aceptado. Esto no es nada más que leyes fundamentales de la física regidoras de nuestro mundo, que gracias a grandes hombres hemos ido entendiendo un poco más con el pasar de los años y con las cuales setenemos que nuestro universo es real: a toda acción una reacción.

Podemos medir la velocidad de un avión, la de un carro, podemos saber la masa de un perro. Incluso podemos calcular el peso que tendrá el perro en la Luna y compararlo con el que tendrá en la Tierra. Todo gracias a nuestros sistemas, dígase métrico, decimal etc... Estas leyes nos dan una idea de como se tejen las redes en este mundo, nos da una explicación del porqué de las cosas, situación que nos lleva a la aceptación de nuestro mundo, es ahí donde podemos hablar de una realidad.

Pero que pasaría si de repente el niño en lugar de caer simplemente flota un segundo y sigue su marcha. Por supuesto que nos parecería raro, diríamos que es una situación irreal, esto debido que a lo largo de los años nunca hemos visto en el planeta Tierra alguien que flote. Después tacharíamos al niño de brujo y lo quemaríamos en Atenco.

¿Pero que el niño flote es algo irreal? No y si.

En el planeta Tierra podríamos decir que es algo irreal, pero en el mundo de Harry Potter tendríamos que decir que es de lo mas normal ver a un niño flotando, y la gente no se alarmaría ni lo quemaría ya que para ellos es común y cotidiano ver materia flotando. Con esto llego a decir que es la realidad, y básicamente la realidad es nada. Esta depende de las leyes y de los observadores de la misma.

Regresemos a al mundo de Harry Potter, en el es común observar objetos levitando, hombres volando en escobas, transformándose en animales etc… Puesto que ellos crearon y esto es solo una suposición, (no vaya a ser que los abogados de J.K Rowlling me metan una demanda), que los habitantes de ese mundo crearon leyes que explicarían y darían sentido a lo que observan en su mundo, para finalmente aceptarlo como su realidad. Si un habitante de la Tierra fuera allá, nos sorprendería y asustaría. Con el tiempo perderíamos el miedo gracias a la observación y lo más seguro es que utilizaríamos las leyes, sistemas y magnitudes que tenemos en la Tierra para poder explicarlos, lo que conduciría a un entendimiento para finalmente aceptarlo y convertirlo parte de nuestra realidad. Para un pez, su realidad es diferente, para unos extraterrestres tal vez sea otra, un pájaro, y la lista podría continuar indefinidamente. Es cuestión de percepciones. Conocemos como realidad toda ley, acto, u acontecimiento que nos explica lo que observamos.

Con esto llego a la pregunta que da titulo a este comentario. ¿Es o no real el país de las maravillas? La respuesta es muy sencilla, y es que sí. El universo que creó Lewis es un país real, con sus leyes y reglas pertenecientes al mismo.

Alicia ve a un conejo con esmoquin, nada con diferentes aves, conversa con animales, conoce a un gato que sonríe, juega con un flamenco croquet y es atrapada en “la hora del té” indefinidamente. Pero hay un detalle, y es que todo lo que vivió Alicia pasó en un sueño. Sin ser experto en la mente humana y en especial en el estudio de los sueños puedo decir que sigue siendo real. Las leyes del mundo que rigen el País de las Maravillas satisfacen a lo vivido/observado por los habitantes de ese mundo, con eso es más que suficiente para afirmar que en efecto es real lo que Alicia vivió. En el libro notamos como ella al poco tiempo dice que nada le parecería extraño, se adaptó. Eso es simplemente la aceptación a ese nuevo mundo, con esa experiencia ella puede decir que es un mundo real.

El tema es controversial y de el se podrían sostener infinidad de conversaciones y debates. Así como el conocer el significado de lo que es real y no real podría modificar nuestro punto de vista en el mundo actual, situación que puede ser contraproducente. Carroll y su Alicia, han venido a abrir un nuevo panorama a concepto de realidad que tenemos, partes del libro se citan en fuentes científicas, sociológicas y en la calle misma. Divertido para niños y adultos, ameno y con una carga filosófica grande, muy grande.

 
 
 

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